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sábado, 10 de octubre de 2015

LO QUE QUEDO DE LO NUESTRO Y LO QUE SEGUIRÁ

LO QUE QUEDO DE LO NUESTRO Y LO QUE SEGUIRÁ

(Primera parte: los verdaderos 28 días)

Miguel Ángel García Ortiz

Hoy hace medio año, [que rápido pasa el tiempo (seis meses ya)], te dije lo que sentía por ti muy dentro de mí, decidimos comenzar algo que duraría muy poco tiempo, en realidad menos de un mes, porque te deje dos días antes de que cumpliéramos un mes de nuestra secreta relación. Y a pesar de solo los 28 días que duro nuestro amor, creo que fue suficiente para darme cuenta que eres la persona ideal para mí. Pero no podemos estar juntos, porque somos tan iguales, pero a la vez tan distintos, (solo tú sabrás porque lo digo).
En realidad si te amo, pero el amor no es para nosotros dos, tu amas por lo estético, yo amo por los sentimiento, yo no tengo ese aspecto tan estético que buscas, así como tú no tienes los sentimientos que busco para mí. Pero lo intentamos, y creo que funciono, hasta que yo cometí el gravísimo error de darte mi postura de lo que estábamos haciendo, y decirte que "nada es para siempre" y con un estúpido <lo siento>, terminar diciéndote: -es lo mejor para los dos seguir nuestro propio camino, tu a la derecha yo a la izquierda-. Sin darme cuenta que te seguía como un perro, en cada paso que dabas y aun lo sigo haciendo. ¿Por qué no te puedo dejar, cuando irónicamente yo te deje partir? (risa irónica). ¿Qué puedo hacer?
Mas sin en cambio recuerdo las veces que te dije un te amo sincero, porque realmente te amo, pero lo siento, sé que tú no me amas, ¿o será a la inversa, tú me amas, pero tal vez sea yo el que no te ama?; la respuesta siempre será un misterio. Lo cierto es que tú tratas de olvidarme, así como yo trato de olvidarte. Pero no podemos hacerlo, la verdad es que yo aunque luche, a capa y espada no podré olvidarte nunca porque tú marcaste mi vida, y esa marca perdurara aun para siempre.


Recuerdo aun como comenzó todo, una pregunta llevo a otra, esa pregunta llevo a la propuesta, te dije que lo pensaría, ¿pero qué pensaría?, si sabía lo que realmente quería y lo que deseaba era estar contigo, y la respuesta fue sí. A pesar de todos los obstáculos que tenía por delante, tenía planes que compartir contigo. El primero sería que saliéramos a la calle tomados de las manos, abrazarnos fuerte y con tanto cariño que las personas sentirían celos de nuestro amor, ser una pareja como cualquier otra.

Recuerdo la vez que te confundí con mis palabras y hasta cierto punto te dije la verdad, sentí que te había perdido tan pronto; que tuve la necesidad de marcarte, llore porque te amaba de verdad, y tu lloraste conmigo, que linda noche, en ese momento lo eras todo para mí, te había entregado todo y me di cuenta que sin ti la vida no tiene sentido.
No podía estar un minuto sin saber de ti, te buscaba por donde pudiera encontrarte. Y había veces que te hallaba, en otras ocasiones sin espacio para mí, que te tenia que dejar y otras veces que me moría por no a verte encontrado, ni siquiera te preocupabas por contestar o regresar la llamada.


El primer día que por fin te vería, sería un lunes, y seria en la escuela, me levante temprano, fui el primero en llegar a la escuela, y no sabía cómo reaccionaría al verte, hasta que te vi, mis ojos se iluminaron al verte, tan lejos y tan cercas de mí. Un suave -hola- salió de mi boca, y respondiste -hola, me espantaste- y seguiste caminando, te seguí y pregunte -¿por qué?- seguías caminando y respondiste -porque no te había visto, que estabas ahí- que palabras tan claras y cortante, poco dulces, y no las que esperaba, ¿pero qué podía esperar de ti?,  no lo sé.
¿Cuánto tiempo había pasado?, ¿Cuántas veces te había marcado diariamente a la misma hora?, ¿Cuántas conversaciones habíamos tenido hasta ese día?, no bromeabas cuando dijiste que eras un libro abierto, muchas conversaciones  me habían aburrido, y sinceramente lo puedo resumir con las siguiente palabras: <bla, bla, bla> eso escuchaba de ti. Pero no te sientas mal porque también supe cosas de ti, por ejemplo, de ese amor que te marco, de lo que hicieron juntos, y de lo que planeaban hacer los dos, me confesaste también que otra persona te atraía, y tú también supiste cosas de mí, de las cuales pude contarte más, pero nunca callabas.
Pero bueno, todas esas conversaciones no recuerdo si fueron antes o después, pero aún recuerdo ese día. Me acerque a la cooperativa de la escuela, pregunte cuanto valía un chocolate (que lleva como nombre un Rey), lo compre y lo metí al bolsillo de mi sudadera, voltee a mirar a mi alrededor, por si te veía, pero no te visualice, camine hacia el salón y lo metí a mi mochila, no sabía cómo entregártelo, hasta que te lo di, nervioso, templando e incluso sudando. Creo que notaste que me sonroje al dártelo (gracioso pero cierto), eras la primera persona que recibía algo, que podía significar más que una amistad o solo un afecto <significaba un compromiso contigo> (algunos sabrán de lo que hablo). Me miraste y mi sonreíste y creo que me dijiste gracias, no lo recuerdo, pero creo que tu mirada dijo todo lo que tenías que decir, ósea nada. Esa mirada tan silenciosa que tienes, tan fría, pero tan perfecta al mismo tiempo.
¿Cuántas veces te invita salir? y tal vez no era el lugar apropiado para dos enamorados, pero al menos estaríamos juntos; y ¿Cuántas veces no hubo espacio en tu apretada agenda? tal vez tengas razón, tenías cosas con más prioridad, incluso más importantes; y esa fue tu excusa, bien, ¿Pero por qué fui yo siempre el que te tuvo que marcar, o mandar mensajes? ¿Por qué te acostumbraste a eso? yo siempre esperaba una señal de tu existencia, una razón para creer que realmente me amabas, pero nunca llego nada. Yo te valore, te aprecie, te demostré que te amaba, mientras tú te callabas y te quedabas con los brazos cruzados viendo como me desgastaba y desvivía por ti. Eso es lo que más duele.


Pero hay una razón más de peso, para considerarte la peor persona del mundo: jamás tomaras nada en serio en cuestión del amor. Y lo demostraste cuando apareció él, sabes de quien hablo, lo llamare "David", las demás referencias están de sobra. Preferiste a una persona virtual, intangible, y no te ilusiones, jamás de los jamases, conocerás a esa persona en realidad, porque te puedo asegurar que él, como tú lo hiciste conmigo, jamás te tomara en serio, porque tú para él solo eres un juego, una diversión, un pasatiempo, no significas nada para él.
¿Sabes? te consideraba una persona más inteligente, pero no lo eres, porque con unas simples palabras que encubren la verdadera realidad, un simple te amo, y unas cuantas palabras de cariño, te convencieron de que él existe, ni siquiera sabes de que sea real su existencia, ¿o si? Si la respuesta es afirmativa, es muestra de que has caído en su trampa, de que eres su juguete.
Tengo evidencias de que lo conociste en febrero, y que tuviste conversaciones muy estrechas. Pero eso no es lo que importa aquí, lo que interesa es saber por qué lo aceptaste como tu novio virtual, aun sabiendo que tú y yo éramos más que eso, 6 de mayo fue ese suceso lo siguiente es una extracción de esa conversación:
-"David": 06/05/2015 20:57 Vamos seamos algo. Te prometo que no pasara nada malo... yo me siento sólo, quisiera pensar en alguien · 

-TU: 06/05/2015 20:58 Yo igual y ya pienso en alguien pero qué más da Hmmm Okey acepto andar contigo que puedo perder ¡Pero prometes ser discreto plis sí! · 

-"David": 06/05/2015 20:59 Jajajaja claro que si ¡huy será una gran aventura....! · 

-TU: 06/05/2015 21:00 !Si! me encantan los misterios jajajaja · 

-"David":06/05/2015 21:03 Que padre terminaras enamorándote de mi...

¿Cómo pudiste? Si lo hiciste de manera virtual, cuanto más en la vida real. Queda claro que no vales la pena. Cuatro días ante de nuestro primer mes. Esa es la verdadera razón por la cual escribí la tercera carta, en realidad solo recibirías dos cartas el 8 de mayo, la tercera fue un escrito improvisado, tal vez incluso sin sentido, porque oculte la verdad con palabras falsas, tragándome el odio, el coraje, la rabia que sentía,  al enterarme que me habías cambiado por alguien inexistente; que jamás tendrás a tu lado, por mucho que él te convenza con sus palabras falsas, ninguna será verdad.



Por fin ocho de mayo, dos días antes de nuestro primer mes, día difícil, estoy en un gran dilema ¿entregarte la carta o seguir como si nada hubiera pasado? claro que no, no permitiría que nadie se burlara de mi... que jugara conmigo, que me viera la cara de tonto, (porque tal vez la tenga, pero no soy ningún tonto), día largo, pero por fin habíamos salido de la escuela, te alcance, para platicar, y así fue, caminamos hacia la base del transporte, te sentaste en la banca, yo lo hice a tu lado, tenías en tu mano una cubo de papiroflexia, escribiste algo en sus borde, y me lo entregaste, en ese momento, se me vino a la mente la tercera carta, ¿entregártela o no hacerlo? una gran duda, porque tal vez si me amabas, y por eso me dabas esa lindo detalle, pera convencerme de tus sentimientos. ¿Pero como olvidar el pequeño detalle, de tu traición virtual? ¿Estaba exagerando al tomar la decisión?, ¿me estaba apurando al no poderte perdonar?  Eran algunas preguntas que me recorrían en la mente cuando preguntaste -¿por qué estás tan inquieto?- aún recuerdo la respuesta un poco torpe -es que soy un poco desesperado y el transporte ya se tardó en llegar- realmente aparecía león encerrado, me movía de un lado a otro como si no supiera que hacer; pero es que no sabía qué hacer.
Recuérdame, ¿ese día comíamos una paleta de hielo? creo  que sí, tú las habías comprado. Mi cabeza estaba a punto de estallar, no sabía que decisión tomar.
Me senté a tu lado y te dije, tengo algo que entregarte, saque las cartas, una de ellas era hacha a manos con recortes de periódicos y revistas, la segunda era escrita a computadora, ¿te explique porque a computadora? sí, siempre lo hago, la tercer carta te dije que no sabía si entregártela o no, tu dijiste -toma, si quieres no- realmente no sabía que pensabas que decía esa carta. Te dije que no, que te la quedaras. El transporte llego, tenías que irte, te sonreí y te vi subir y vi cómo te alejabas y me retire, la decisión estaba tomada, no había marcha atrás...

CONTINUARA.